El arte de aceptar lo que no puedes controlar: lecciones estoicas para la vida diaria
- Juan Pablo Ochoa Salazar
- 27 sept 2024
- 2 Min. de lectura
Una de las enseñanzas más importantes del Estoicismo es aprender a diferenciar entre lo que podemos controlar y lo que no. Al enfocarnos en lo que está dentro de nuestro poder y aceptar con serenidad lo que no podemos cambiar, podemos vivir con mayor paz y estabilidad emocional.
Lo que está bajo tu control
Según los estoicos, solo tenemos control sobre nuestros propios pensamientos, acciones y actitudes. Todo lo demás —las opiniones de los demás, los eventos externos, el clima, el paso del tiempo— está fuera de nuestro alcance.
Este principio puede ser liberador. En lugar de gastar energía preocupándonos por lo que no podemos influir, podemos centrar nuestros esfuerzos en mejorar nuestras propias respuestas y decisiones.
Ejemplos de cosas que puedes controlar
Tus pensamientos: Puedes elegir cómo interpretar una situación, eligiendo una perspectiva más positiva o racional.
Tus acciones: Aunque no puedas controlar los resultados, puedes decidir actuar de acuerdo con tus valores.
Tus reacciones emocionales: Con práctica, puedes aprender a gestionar tus emociones, evitando que te dominen.
Lo que no está bajo tu control
Por otro lado, los estoicos nos invitan a aceptar con tranquilidad lo que está fuera de nuestro control. Esto no significa resignación pasiva, sino una comprensión profunda de que algunas cosas simplemente no dependen de nosotros.
Aceptar esta realidad nos permite dejar de resistirnos al flujo natural de la vida y enfocarnos en lo que realmente importa.
Ejemplos de cosas que no puedes controlar
Las opiniones y acciones de los demás: No puedes obligar a alguien a pensar o actuar de una manera específica.
Los eventos externos: La mayoría de los eventos que ocurren en el mundo están fuera de tu control. Lo único que puedes controlar es cómo reaccionas a ellos.
El pasado: No puedes cambiar lo que ya sucedió, pero puedes aprender de ello y decidir cómo actuar en el futuro.

Aplicando estas lecciones en la vida diaria
El Estoicismo nos enseña a hacer una clara distinción entre lo que podemos cambiar y lo que no. Al practicar este arte de aceptación, podemos evitar el estrés innecesario y vivir con más serenidad.
La próxima vez que enfrentes una situación desafiante, pregúntate: ¿Está esto bajo mi control? Si la respuesta es no, déjalo ir y dirige tu energía a lo que sí puedes cambiar: tu actitud y tus acciones.
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